Pendejo

Bésame de nuevo, gran idiota

Dame ese golpe certero con tu boca,

Deja sin aliento mi garganta rota

Y hasta el alma con tu aliento, lo suplico.

Eres tú mi hambre, sed,

mi cielo, abismo,

No me hables al oído si ya sabes

Que comienzan mis piernas a inquietarse

Y mis manos, sudar a mares.

¡Estúpido, gran tonto, gran sopenco!

Piérdete ya mismo en mi desierto,

Deslízate en la dunas de mi cuerpo,

Sé mi preso, sé mi miedo, sé mi enredo.

Ahora que sabes cuál es mi plan secreto,

Voy a tumbarte contra el frío pavimento,

Beso a beso retaremos nuestros cuerpos

a ver cómo ocultamos nuestro encuentro.

Y no prohibas, permíteme tratarte

Como aquel que no tiene sentimientos,

Pues si por mí nada sientes, nada siento

Y hasta con miradas, si me mientes
 Yo te miento.