viernes, diciembre 20, 2013

Invocame

No hay nada
que yo pueda darte
no hay ausencia
solamente amor.

No hay dinero
que compre
lo que yo daría
solamente amor.

No hay un sitio
donde puedas conseguirlo por migajas
con la potestad de sentir lo mismo
solamente yo.

Carece el cielo de estrellas
le falta luz a los días
es pobre la realidad
llenos de riqueza los sueños
no es ninguna deficiencia en la existencia
solamente falta amor
peor carencia que de belleza a los ojos.

Más ínfimo que cualquier desgracia
podría derrumbarse el mundo
matarse en guerras
todo es caos si no hay amor
nada es suficiente si se pierde
ni siquiera sirve la sabiduría
si solo se ha de andar con ella en la cabeza
preferible no saber.

No pasa el tiempo rápido
no se escucha bien nada
la presencia de alguien  podría entibiarte
pero cuando te falta el amor, no lo hace con el suficiente calor







miércoles, diciembre 04, 2013

Poema estacional




 Cuando mis ojos se encharcan y mi corazón late fuerte
mis labios palidecen y mi mente se funde en quebranto
es cuando las nubes grises histéricas me hacen pensar que es preciso el mundo
que es justa la vida y la naturaleza,
si me sonríe con la tempestad, que conmigo llora,
mientras que el silencio del cosmos, mis vacíos colma.

Vivo el microcosmos apocalíptico de mis propios pensamientos,
de mis tristezas ahogadas, de mis pecados subrepticios;
Suficiente ha sido ya, con quererte el vicio,
no seré de nadie un pasatiempo
ni el escudo, ni el refugio en el tormento,
seré del rey su palacio y espada.

Yo sé qué es sentir, sé qué es la vida,
el canto efímero del universo menguante,
invadido por la presencia del pasajero amante,
que me pone en medio de su laberinto sin salida.

Se gana y se pierde,
se ríe y se lamenta,
se está bien y mal,
se está mal y peor.

No hay nada más triste que un día soleado pensando en tu ausencia
el sol brillando y en mi vida la tormenta,
No he sentido más frustración que ver el cielo azul  al mediodía,
cuando mis ojos inflamados se encuentran.
¡oh flagrante miseria en mi corazón resignado!
¡mientras siento como una roca que oprime mi pecho,
de quererte el hecho, de que seas mi amado! .

Lánguida yace mi alma de entregarse con energía,
mientras mi cuerpo sentado está bajo el Guayacán
del que en octubre brotaron flores azafrán
que hoy besan tiernas el húmedo suelo,
extendiéndome un tapete áureo
que aunque pareciera caer del cielo
está pronto a marchitar con el tiempo.

¡cómo quisiera una flor conservar!
o dos, tres, las que arrastre el viento
y olvidar entonces lo efímero que puede ser un momento
para nunca dejar atrás los sueños de amor veraniegos
ni tener que abandonarlos por el dolor que causa el despecho.