Le has abierto las puertas a la miseria
más de un millón de veces,
Le has abierto las piernas a mil mujeres
más de mil veces,
Le has abierto los ojos a esas mujeres
más de mil veces,
sin querer queriendo
sin herir hiriendo.
Has tocado a mi ventana
más de seis veces,
por que en mi casa ya tengo un amo de llaves,
y observo afuera como recolectas las rocas
para continuar golpeando a la ventana,
que ahora da al baño,
en mi casa giratoria.
Llevo años escuchando el toc
contra el vidrio,
y no se rompe.
Ví tu rostro taciturno y solo,
lo compadezco,
pero no me provoca abrir.
Solo tengo oídos para el tic toc
del cou cou,
que cuenta las horas
colgadas en la pared.
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